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martes, 14 de abril de 2009

Guía para hacer feliz a tu hijo (por Laura Gutman, psicoterapeuta familiar, Autora de la Maternidad y el encuentro con la propia sombra)

Con este artículo de Laura Gutman, inicio mi blog, porque siento que para todas las madres lo mas importante del mundo es que nuestros hijos sean felices.... y cuantas veces nos equivocamos en ese duro camino que recorremos en compañia de lo mas preciado que tenemos "nuestros hijos".

Para mi hijo, mi razón de ser y desgraciadamente el que ha sufrido el desconocimiento de mamá de su propia sombre. Te amo hijo.





Un niño que se siente bien, amado, cobijado y protegido por sus padres, es un niño con seguridad interior y, por consiguiente feliz.

El bebe humano es muy frágil, nace desprovisto de la capacidad para sobrebibier en el mundo sin ser asistido a todos los niveles, ya sea física o emocionalmente. Pero con su pequeño cuerpecito,y sin siquiera poder sostener por sí mismo la cabeza, lobra, sin embargo, succionar el pecho materno con increíble potencia. Después, se va acostumbrando progresivamente a los apahullantes ruidos y las molestias de su enorme aparato digestivo, que colma la mayoría de sus sensaciones físicas.

El bienestar o el malestar son las dos sensaciones más relevantes en este tiempo mágico de todo ser humano. Incluso me atrevería a afirmar que éste es el momento en el la humanidad se divide en dos grandes grupos de personas: quienes han recibido resguardo, cobijo y contacto corporal.. y quienes no.

Pegado a mamá ¡qué bien!

Los bebés, mientras permanees en el útero materno, oyen sonidos de todo tipo: los latido del corazón de su madre, su voz, las voces de otras personas, los ruidos del entorno....Oyen también los ruidos del cuerpo materno digiriendo comida, riendo, hablando, cantando o respirando, y se va adaptando a ello, de un modosimilar a como lo han hecho nuestros antepasados durante millones de años. En el momento de nacer, todo cambia. Ademas del impactante pasaje hacia la respiración a través de los pulmones que se llenan de aire, el bebé pasa tambien de un ambiente húmedo a uno seco, experimentando un descenso de la temperatura en el entorno y, ademas, los sonidos ya no están amortiguados. Para colmo, sufre un cambio radical en su postura: ya no está cabeza abajo, sino que estará acostado o con la cabeza mas alta que el resto de su cuerpo. Sin embargo, en buenas condiciones tu hijo puede soportar e integrar con serenidad y placer todas estas nuevas sensaciones que experimenta.

El bebé, en este período, es más sensibe que consciente. En realidad, de lo que el bebe es consiente es de su estado de bienestar. Si el bebe. Si el bebé encuentra refugio y el cuerpo de su madre permanentemente disponible, el paso del tiempo no será una desventaja, como no será una desventaja, como no lo era en la época intrauterina: simplemente, se siente bien. Puede vivir en el "eterno ahora", pegado al cuerpo de su madre, en un estado de felicidad.
Fusión en cuerpo y alma

El bebé llega al mundo con la placentera experiencia de haber colmado sus expectativas dentro del útero, y tendrá la certeza de que sus nuevos anhelos también serán satisfechos. Y si, efectivamente, el cuerpo de su madre se encuentra allí, con sus cálidos brazos, el bebé estara preparado para adquirir, a través de estas nuevas sensaciones de ambiente extrauterino. El periodo inmediato después del nacimiento es la etapa que más impresiona en la constitución del ser humano. Aquello con lo que se encuentra será lo que luego sentirá que es la naturaleza de la vida. Al abandonar la más completa hospitalidad que ofrece el útero materno, necesita llegar a un solo lugar; los brazos de su madre. Durante millones de años los bebés recién nacidos han mantenido un estrechísimo contacto corporal con sus madres. Y, a pesar que en los últimos siglos, los bebés han sido y están siendo privados de esta invalorable experiencia, cada nuevo bebé que nace espera encontrarse en ese mismo lugar.

Es verdad que no basta con acunarlo y sostenerlo fisicamente. Sabemos que el niño nace dentro de la fusión emocional con su madre trayendo toda la información de su sobra. Es decir, de lo que la madre no conoce de si misma. Y lo va a manifestar a través de señales de bebé, generalmente poco comprensibles para el lenguaje adulto. En realidad, los adultos no nos hemos dedicado mucho a aprender este lenguaje y le hemos restado importancia a uno de los idiomas más hablados del planeta. Así que, sin un buen diccionario a mano, seguro que nos encontraremos perdidos con un niño en casa.

Cuando lo que el niño trae es manifestación indescifrable de la sombra de su madre, es posible que el pecho no sea suficiente para él, ni tampoco la paciencia ni la dedicacion. Pero eso no significa que no lo siga necesitando. Necesita algo más: librerarse de la sombra de su madre.

Dile que te conoces

Lo que consuela dulcemente al niño son las palabras llenas de sentido que la madre pronuncia, explicando con claridad qué es lo que ha comprendido de si misma, a partir de sus mensajes. Entonces el confort es total: las palabras suenan finas y delicadas para el bebé, y se instala la seguridad en su interior.

Así, el niño, amparado y fusionado, sabe que obtendrá lo que necesita. Ésa es su experiencia cotidiana, que se repite a cada instante y que conforma una rutina sin sobresaltos.

Seguridad y autoestima.

A partir de aqui, la seguridad interior se establece desde el primer momento y, posiblemente, ya no se mueva nunca más de las entráñas de ese ser.

Si las madres o las personas que criamos estuvieramos disponibles emocionalmente, fuéramos generosos, respondiéramos con nuestra presencia, ofreciéramos contacto corporal (abrazoa y besos), y mostráramos mirada y tolerancia hacia las diferencias entre grandes y pequeños...¡no estaríamos siquiera hablando sobre cómo dar seguridad a los niños!

Un niño que se siente seguro, amado, estable, tenido en cuenta y que tiene total confianza en sí mismo y en los demás, es fruto de un vínculo amoroso y altruista por parte de sus padres. Tiene la certeza interior de que sus padres lo aman, es felíz y se siente seguro. Y, lo que es todavía más importante, cuenta dentro de sí con el tesoro más preciado para el despliegue de su vida futura.

Amar es hacer felíz.- Un niño felices aquél que se "sabe" amado, cobijado y resguardado por sus padres. Es una certeza interior. Si pensamos en nuestra propia infancia, "sabremos" si nos hemos sentido o no amados.

Si tú necesitas amor, él también.

Queremos que aprendan rápidamente, que duerman solos, que coman bien, que jueguen sin hacer ruido, que controlen sus esfínteres, que ayuden a sus padres, que no lloren, que estudien y respeten a sus mayores.

Para nosotros, los adultos, necesitamos el calor de alguien que nos cuide, que nos aliente, que se ría de nuestras bromas. Alguien con quien dormir, que comprenda nuestras tristezas y que disfrute el hecho de compartir el tiempo con nosotros.


Nuestros niños quieren lo mismo que nosotros y, sin embargo, nos gustaría que fueran "adultos en envase pequeño", exigiéndoles cosas que , posiblemente nosotros, como adultos, tampoco podríamos cumplir.

Acompáñale

Si los adultos nos sentimos más seguros en compañía de alguien que nos quiere en según qué momentos (un viaje, una mudanza, una fiesta con desconocidos), ¿Por qué negar a los niños la nuestra?


Bendito bienestar


Si el bebé encuentra refugio y el cuerpo de su madre cerca de él cada vez que lo necesita, el paso del útero a la vida se convertirá en un estado de permanente felicidad porque, simplemente , se siente bien.



















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